Las evaluaciones externas y estandarizadas que proyectó el malogrado José Ignacio Wert para el final de cada etapa educativa en teoría iban a tener efectos académicos, iban a celebrarse el mismo día y de la misma forma en toda España e iban a igualar, hacia arriba, el nivel de todos los alumnos. Pero todo esto ha quedado en nada en aras de la búsqueda de consenso y como consecuencia del cambio de fuerzas autonómicas y parlamentarias. Llegan nuevos tiempos y una nueva ley educativa -la octava en democracia- pero, mientras la Arcadia se alcanza, los alumnos tendrán que examinarse de reválidas light o reválidas low cost (como las llaman algunos) de aquí a mediados de junio.
Via Gumersindo Fernández